Alemania se alza como una de las grandes potencias económicas a nivel mundial pero es también un país con un rico patrimonio cultural y arquitectónico. Un legado que se cristaliza con nombres tan importantes como Friedrich Nietzsche, Karl Marx, Immanuel Kant, Beethoven o Bach; y con inventos tan importantes como el automóvil, la imprenta o la aspirina. En efecto, estudiar alemán en Alemania es hacerlo en un país rico en historia.
Una genialidad que se percibe en cada rincón de este país y que tiene eco en cada una de las ciudades que salpican este territorio de parajes naturales de ensueño donde los Alpes captan la máxima atención. Sin olvidar los grandes bosques sacados de cuentos de hadas.
Con más de 80 millones de habitantes, Alemania es una potencia económica y política con ciudades palpitantes, una cultura progresista y la conciencia de un legado histórico que combina horror y grandeza.
Es precisamente esa Alemania aperturista la que hoy se alza como uno de los pilares de Europa y en cuyas ciudades se respira un espíritu festivo y multicultural. Sólo debes ir a ciudades como Múnich, Hamburgo, Freiburg o Hanóver para darte cuenta de ese aperturismo y dejarse llevar por los festivales de música contemporánea o por el ritmo del tecno en la Love Parade de Berlín.
Pero también es un país de ciudades centenarias y de imponentes castillos que se asoman detrás de coquetas poblaciones con casas con entramado de madera. O de verdes llanuras donde pastan las vacas y lagos en los que reina el sosiego y la tranquilidad.
Alemania es un país de fuertes contrastes y en el que cada ciudad te invita a adentrarte en su historia y sus tradiciones.