Christchurch es la mayor ciudad de la Isla del Sur, además de ser de más Inglesa de todas en Nueva Zelanda. Es bastante simpática y exquisita, y con excepción del centro, no tiene muchos edificios altos, siendo la mayoría de las construcciones constituidas de casas, o apartamentos de a lo sumo cuatro pisos. La ciudad es bien conectada por carreteras, además de tren, autobús interestadual, y avión, recibiendo inclusive vuelos internacionales. Christchurch se queda de frente para el mar, y la parte de tras, es llamada de Canterbury. Esa región que circunda Christchurch, se extiende por tierras planas hasta Alpes, y es repleta de haciendas y pequeñas villas, que juntas abrigan 485 mil personas. El único problema de Christchurch es durante el invierno, cuando la temperatura desciende más que mi cuenta bancaria, y si no fueran los calefactores en las casas y hoteles, el enfriado turista, iría mirarse en el espejo y ver un pinguim. En las primeras horas de la mañana, normalmente la temperatura se queda abajo de cero, y después sube para alegres 8 grados o menos. Por lo menos los aficionados por Ski en la Nieve tienen mucha suerte.